ACTIVIDAD: DÍA
INTERNACIONAL DE LA BIBLIOTECA.
El día 24 de
Octubre de 2016 nombramos a nuestra biblioteca “Lugar de encuentro de lo mejor
de nosotros mismos”. Para ello nos reunimos en ella todos, maestros y
niños, después del recreo. Llevábamos rellenada de antemano la ficha que elaboraron
los alumnos de 5º y 6º para tal homenaje. Estos mismos alumnos nos explicaron
cómo debíamos completarla. Debíamos, en clase, escribir primero de cada
compañero una virtud, después alumno por alumno, íbamos leyendo y apuntando en la pizarra las
que correspondían al primero. Éste escogía de todas, aquella con la que se
sentía más identificado y la escribía en su tarjeta junto con su nombre. Lo
mismo para el alumno dos y así sucesivamente lo hicimos con todos. A los alumnos
de infantil les ayudó un poco su maestra y los de 1º y 2º de primaria subieron
a ver cómo se hacía a la clase de los mayores y que les sirviera de ejemplo,
porque con la explicación no les había quedado claro. La ficha que rellenamos es la que se corresponde con la
imagen siguiente:
Ya todos en la
biblioteca, nos reunimos para compartir lo mejor de cada uno, queríamos ponerlo
a disposición de todos durante este
curso. Así fuimos leyendo uno por uno el contenido de nuestra tarjeta,
uno decía: “Este curso compartiré contigo mi TIEMPO
porque es lo mejor que tengo, y estoy contento porque juntos en la BIBLIO, nos
veremos leyendo”. Y metía su tarjeta dentro de una urna que prepararon para la ocasión los alumnos
mayores. Otro decía “Este curso compartiré contigo mi LOCURA
porque es lo mejor que tengo, Y estoy contento porque juntos en la BIBLIO, nos
veremos leyendo”, y tarjeta a la urna… Así uno por uno.
Cuando todos
terminamos, un profesor abrió la urna y fuimos cogiendo cada uno, una tarjeta
al azar. Llegó entonces el momento más divertido, ese profe nos invitó a que
hiciéramos una pelotita con la tarjeta o papelito que habíamos cogido, dijo que
íbamos a hacer que nos llegaran bien cerca las cosas buenas de los demás, que
íbamos a dejar que nos golpeara lo mejor de cada uno, nos invitó a que
lanzáramos las bolas hacia los demás, dejando que nos dieran, eso sí con
cuidado para que nadie resultara herido. Así que a la de tres … aquello era una
guerra pacífica de bolas, volaban hacia aquí unas, hacia allí otras, una, dos,
tres, me impactaron, fue genial. Cuando nos indicaron, todo se paralizó, cada
persona cogió una bola y por turnos fuimos abriendo la bolita y leyendo lo que
alguien había anotado como lo mejor que tenía, los demás intentamos adivinar a
quién pertenecía esa tarjeta. Fue muy emocionante sobre todo cuando alguien se
acordó de mí mejor virtud y la reconoció como mía.
Quedó mi
tarjeta, junto con la de los demás,
almacenada en la urna que está expuesta en un estante de la biblioteca, todos
podéis verla, es como un banco de virtudes al que todos podemos recurrir si necesitamos algo
durante este curso. Estuve muy contento y sigo contento porque juntos en la
BIBLIO, nos veremos leyendo. ¡NOS VEMOS!
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